5.09.2005

Las piedras en el Camino de Cruces

Urbanización.Oposición al proyecto de Camino de Cruces.

Las piedras en el camino

Dos demandas ante la Corte Suprema de Justicia dieron la bienvenida al proyecto urbanístico de Carlos Pasco.

Sofía K. de Kosmas
skosmas@prensa.com

Carlos Pasco dio la cara... y por su propia iniciativa. El ingeniero y propietario de la poderosa Inmobiliaria P&P convocó a los medios hace unos días para dar explicaciones después de más de un año de protestas contra sus proyectos urbanísticos en Clayton.

Fue la primera vez que Pasco se interesó en justificarse ante los medios. Ya no era para reaccionar ante artículos sobre sus polémicos proyectos –Los Senderos de Camino de Cruces y Las Haciendas de Camino de Cruces– que se han convertido, irónicamente, en su propio vía crucis.

Aunque Pasco compró a la Autoridad Región Interoceánica (ARI) los terrenos en el 2003 y 2004 –lotes CL-35 y CL-43– sus hoy vecinos ya llevan años tratando de precisar ante las autoridades cuáles son los límites de los bosques colindantes que la ARI pondría eventualmente a la venta.
Las gestiones de los vecinos parecieron tener resultados tranquilizadores, al principio. Pero ahora los conservacionistas se oponen al proyecto residencial porque están convencidos de que las autoridades han sido presionadas al punto de tener que cambiar sus posturas respecto al proyecto.

"Si van a sacarnos de las áreas revertidas, que nos saquen a todos [los promotores]", dijo Pasco, en tono de queja, pues alega que siempre actuó apegado a la Ley. Pero los vecinos de sus lotes tienen su propia versión de la historia.

Una cruzada por el Camino

De hecho, los conservacionistas presentaron dos demandas ante la Corte Suprema de Justicia contra resoluciones emitidas por la ARI y el Ministerio de Vivienda (MIVI) que permiten construir las dos urbanizaciones que Pasco ha planeado en los lotes adquiridos por él.
Los efectos de las demandas han sido nulos, pues éstas no han sido acogidas ni rechazadas por la Corte. Entre tanto, el proyecto sigue adelante, al menos en el papeleo gubernamental. A finales de 2004, el actual gobierno dio luz verde a la venta de los lotes y comenzó a descongelar los permisos necesarios para desarrollar los proyectos residenciales.

Carlos Varela, representante legal de la Asociación de Propietarios y Residentes de Clayton, presentó la primera demanda en septiembre de 2004 a fin de que se declare nula la resolución de la junta directiva de la ARI que otorgó el lote CL-35 a Inmobiliaria P&P.

Según la demanda, parte del lote vendido está ubicado en los linderos del Parque Nacional Camino de Cruces, propiedad que es del dominio público y por ende, no podría ser de uso privado. Documentos de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) del 30 de marzo de 2004 confirmaron que, efectivamente, el lote CL-35 está traslapado en el parque. Pero, tras el cambio de gobierno, la ANAM modificó su posición al aprobar el Estudio de Impacto Ambiental, en marzo de 2005.

La segunda demanda fue interpuesta en abril de 2004 por la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, una Organización No Gubernamental dedicada al tema ambiental. La acción fue dirigida esta vez contra una resolución del Ministerio de Vivienda que, según Varela, cambió la categoría del uso de suelo de la parcela CL-43 –también perteneciente a la inmobiliaria de Carlos Pasco–. Según la demanda, originalmente la parcela estaba destinada, de acuerdo con la Ley 21 de 1997 –que establece el Plan General de Uso de Suelos de la ARI– a "áreas verdes urbanas". Pero luego se cambió para permitir su uso como "áreas residenciales".

El empedrado

Para complicar las cosas, arqueólogos del Instituto Nacional de Cultura (INAC) confirmaron el descubrimiento del empedrado histórico Camino de Cruces. Se trata de la vía que los españoles trazaron alrededor del año 1519 para transportar tesoros y otros bienes desde el Pacífico hasta el Atlántico panameño.

El hallazgo se encuentra en la entrada del lote Cl-35 y, según Pasco, él mismo lo descubrió y lo reportó. Si Pasco lo hizo, fue después de que la empresa contratada para hacer el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentara su informe, pues el Instituto Nacional de Cultura (INAC), en nota del 27 de abril de 2004, se queja de este estudio. Es "incomprensible –dice– cómo se puede aseverar que no se encontraron evidencias de restos histórico culturales", refiriéndose al EIA que presentó Pasco.

El empresario afirma que "quisiera seguir estudiándolo [el empedrado] con expertos". Pero, de momento, ha propuesto construir un puente sobre el lugar donde se hizo el descubrimiento y que el INAC clasifica como patrimonio histórico, cosa que a la actual administración del INAC le ha parecido buena idea, pese a que en la pasada administración se pretendía conservar el lugar.
La generosidad de Pasco no han sido bien acogidas. La lista de oponentes a sus proyectos incluye más de 10 asociaciones de residentes de las áreas revertidas y organizaciones no gubernamentales, como la Sociedad Audubon de Panamá.

En su momento, la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON) tomó cartas en el asunto y advirtió a los residentes del problema en ciernes. Sin embargo, ANCON no pretende tomar postura en este conflicto. Más bien propone mirar hacia adelante y evitar que estas cosas vuelvan a ocurrir.

Pasco asegura que sus proyectos están "en armonía con el medio ambiente". Esa armonía, sin embargo, está en tela de duda. Lo que está claro es que los vecinos de Clayton tienen ante sí a un empresario poderoso que, además, tiene envidiables contactos y amigos en el Gobierno.

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